del príncipe del pop, cuyo cuerpo sin vida ha sido encontrado este jueves en su casa de Mineápolis, sigue siendo un misterio. A falta de saber los resultados de la autopsia que le está siendo practicada y que no será pública hasta dentro de unos días, el fantasma de las drogas comienza a tomar fuerza. Pero la historia podría no ser tan simple.
El portal TMZ ha desvelado que el pasado 18 de abril, cuando el jet privado de Prince tuvo que llevar a cabo un aterrizaje de emergencia en Illinois por una «gripe» del cantante, en realidad se trataba de una sobredosis. Según este medio, el hospital en el que fue atendido le suministró la ‘Save Shot’, una inyección que se utiliza para contrarrestar los efectos tóxicos de diversas sustancias en el organismo.
No se tiene constancia de que Prince haya tenido problemas con las drogas o el alcohol en los últimos años. Al menos, no se tiene constancia de que haya tenido que cancelar su actividad profesional, interrumpir su vida personal o internarse en ningún centro de rehabilitación. Lo que sí se sabe es que el cantante, nacido en Minessota el 7 de junio de 1958, padecía una seria lesión en la cadera. Los médicos la habían diagnosticado hace varios años y habían recomendado la intervención quirúrgica, ya que la ‘violencia’ de sus bailes y las altísimas plataformas que utilizaba habían desgastado los huesos de esa zona y necesitaba una prótesis con urgencia.
Prince siempre se negó a entrar en quirófano y el motivo no era otro que religioso. El artista se convirtió en Testigo de Jehová en el año 1997, una religión que prohíbe las transfusiones sanguíneas, algo que iban a tener que llevar a cabo en la intervención que él necesitaba para garantizar su seguridad.
La negativa del cantante a operarse tuvo terribles consecuencias: dificultades en la movilidad y dolores insoportables que él combatía con una fuerte medicación. Unas dosis de calmantes y sedantes que, con toda probabilidad, se veía obligado a aumentar cuando tenía que subirse al escenario. En estos momentos, el artista se encontraba en plena gira ‘Spotlight: Piano & A Microphone’, en la que ya había tenido que cancelar dos conciertos por «problemas de salud». De hecho, según TMZ, el cantante visitó hasta en cuatro ocasiones una farmacia cercana a su casa en las 15 horas anteriores a su fallecimiento.
Sus problemas de salud también habían hecho mella en su estado de ánimo, más apagado que de costumbre. A pesar de su carácter luchador y fuerte, Prince había sufrido graves problemas emocionales a lo largo de su vida. De hecho, el artista tocó fondo en 1996 cuando su único hijo, Boy Gregory, murió pocos días después de nacer debido a una enfermedad grave, el síndrome de Pfeiffer, que le impedía respirar. Aquel duro golpe le sumió en una profunda depresión, le llevó a intentar suicidarse y al divorcio de Mayte García, con la que se había casado en unos meses antes del nacimiento del niño.