Aunque a principios de los 90 Nirvana y Guns N’ Roses estuvieron enemistados y representaron una de las mayores rivalidades rockeras de aquellos años, todo parece haber quedado en el pasado. Eso demuestra, al menos, la participación especial de Dave Grohl en el concierto que el grupo de Axl Rose ofreció anoche en Tulsa, en el estado de Oklahoma.
El líder de Foo Fighters e histórico baterista de Nirvana fue invitado a tocar la guitarra y cantar en uno de los mayores clásicos de la banda californiana: Paradise City.