A Paul McCartney no le alcanzan ni los estadios. En cada ciudad donde gira o en cualquier escenario del planeta, buscar varias fechas para poder desplegar su aura de mito viviente, dados sus innumerables sold out. Pero hubo una excepción. Para matar el tiempo hasta su nuevo recital, Sir Paul McCartney tocó anoche para 300 personas en el desconocido (y pequeño) bar de ruta desértica californiana,en Pioneertown, llamado Pappy & Harriet’s.

Claro, sólo los fanáticos de la zona -y los que lo siguen en las redes sociales- pudieron haber ido, ya que el fabuloso beatle anticipó su show vía Twitter.